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Ser sostenible está de moda

¿Sabías que la industria textil es una de las más grandes llegando a emplear más de 26 millones de trabajadores y generar facturaciones económicas en dólares que llegan a los 10 dígitos?

En la actualidad nos encontramos sumergidos en el “fast fashion” este concepto se caracteriza por la producción y consumo masivo de productos textiles en un corto tiempo, de continuar la inversión en este sector se estima que en los próximos 30 años se fabricarán hasta 2,48 billones de artículos relacionados con la moda, lo cual indica una oportunidad de crecimiento  en el mercado.

Sin embargo, existen organizaciones que se han visto en la necesidad de adquirir servicios de producción textil más económicos en países donde el costo de la mano de obra es notoriamente bajo en comparación con la media global. De igual forma, no siempre se garantizan procesos de manufactura que avalen la calidad del producto y la responsabilidad ambiental y social asociada a él. Dicho lo anterior, como consumidores es importante informarse para lograr identificar cuáles son las organizaciones comprometidas con la correcta gestión de sus recursos y su compromiso social y ambiental.

  • A pesar de que se identifican problemáticas ambientales asociadas a la mala praxis de este sector, como el uso de tintas para el teñido de telas las cuales ocasionan el 20% del total de las aguas residuales del mundo o la generación de microplásticos a partir de la implementación materiales sintéticos, los diferentes actores involucrados a lo largo de la cadena de valor de estos productos han unido esfuerzos para gestionar el cambio y demostrar que es posible una moda consciente, responsable y sostenible.Es por esto que diferentes estudios han demostrado que este sector cuenta con una gran oportunidad de encaminarse hacia la circularidad. En caso de lograrse, se podrían llegar a generar más de 6 millones de empleos en América Latina o incluso generar un potencial de aumento de $160 mil millones de euros al año en la economía si se trabaja por una gestión más sostenible de la cadena de suministro y del uso de recursos naturales.Y Colombia no se queda atrás pues la moda sostenible es más que una tendencia. En el país existen iniciativas las cuales han crecido con el paso de los últimos años y se han posicionado en las preferencias de los consumidores, además de ser consideradas oportunidades de reactivación del sector luego de los obstáculos ocasionados por la emergencia sanitaria. Dentro de estas se encuentran el intercambio de prendas mediante el trueque o la venta de segunda mano, la implementación de retazos en nuevos productos para alargar el ciclo de vida de materiales, la fabricación de productos a partir de materiales reciclados, el alquiler de prendas para ocasiones especiales, productos locales manufacturados por grupos con un fin social y la implementación de fibras naturales, entre otras.

    Algunos ejemplos son las prendas compuestas de plástico PET reciclado, algodón recuperado, elementos como maletas elaboradas a partir de retazos de tela, textiles sustitutos del cuero elaborados a partir de cáscaras de frutas y la vinculación de personas víctimas de la violencia y desmovilizados de grupos armados donde se garantizan óptimas condiciones laborales.

    Dentro de todo lo anterior, se puede concluir que es importante reconocer el constante cambio en el que se encuentra el mercado por lo que las organizaciones deben reformularse para adaptarse y lograr gestionar el cambio hacia alternativas que les permitan desarrollar factores diferenciadores que impulsen al consumidor a elegirlos. En este caso la responsabilidad ambiental y social de una empresa/producto/servicio son factores determinantes para permanecer a la vanguardia, fortalecer la reputación y generar un mayor impacto en las partes interesadas.



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